sábado, 10 de mayo de 2008

Del Puente a la Alameda en una Combi...


Si dios existiera no seria obviamente peruano, y habria creado este país como una especie de maqueta para ver que pasaría si…se experimentaba tal cosa, o se formaba un nuevo microcosmos junto a otros totalmente opuestos, cual seria el resultado de esta interacción de estas fuerzas, y el evolucionar de la humanidad ante el desafió de la adversidad y lo inesperado.

Hace unos días, salio en todos los noticieros lo potencialmente peligrosos que son los tableros de las pcs, en cuanto a contenido bacteriológico, virus, evolución de nuevas especies y se presento el asunto, casi como si en casa pudiéramos cultivar al ebola. Lo que me quedo muy claro es que nunca estos celebrisimos científicos del primer mundo han subido a una combi en Perú.

Explicar que es una combi limeña, ya es un desafió. Para alguien cuya realidad es ajena a estos pagos y el resto de occidente. Imaginar, tratar de enfocar lo que voy narrar es un desafió en si. Pero haré un intento teniendo en cuenta que no todos los lectores necesariamente están familiarizados con todas las variantes humanas. La combi es una especie de universo rodante, plagado de sonidos estridentes donde el contacto humano se da piel a piel y donde el vulgo, y el docto empobrecido por nuestros dictaduerzuelos y caudillitos, retozan su estupidez o falta de rebeldía ante el abuso o sencillamente demuestra un espartano silencio evidenciando que la progenie andina puede sobrevivir en cualquier elemento. El cambio de la otrora Ciudad De los Reyes en una Calcuta caótica y la sensación de que la Lima que se canta en algún valsecito añejo de Chabuca, no tiene nada que ver con la realidad. O quizás la famosa cantautora era vidente y para burlarse de todos creo letras que hoy suenan sarcásticas. El humor negro del “Déjame que te diga la gloria….o del puente a la Alameda”

Estamos hablando de la unidad, debería decir sistema pero esto no existe ni en sueños en esto del transporte urbano en Lima. Se trata de pequeños mini buses diseñados posiblemente para ir de paseo, en algún lugar feliz de la tierra en el primer mundo, y en el peor de los casos camionetas rurales, que no son obviamente para el transporte urbano. Pero en Lima si lo son, o son usados para esto, forman parte del universo, quizás la síntesis del desorden y del caos en que devino esta urbe y el símbolo de lo que nos hemos convertido por hablar a media voz, de la emigración desordenada, de la falta de respeto por el ser humano y finalmente de nuestra folklórica incultura urbana.

Es muy raro ver una combi nueva, la mayoría son unidades destartaladas, pintarrajeadas y con letras incompresibles que indican supuestamente el lugar donde van, pero estas letras son inútiles realmente, tienen otros método para señalar las rutas, distintos y “creativos” pero quizás sean muy ajenos a la civilización occidental, de ellas sobresale un hombrecillo casi siempre sucio y maloliente (el cobrador) que vocifera lugres como “gamarra” , “aviación”, “Banco Santa patricia”, “la Volvo” “a china toda la avenida” y con ello suple la información que no dan letrillas. Quizás sean émulos de nuestra cultura oral prehispánica que tanto añoran reconstruir los izquierdistas despistados en imperios perdidos, la izquierda caviar y los analfabetos funcionales.

El “cobrador” , un hombre que cuelga literalmente de estos aparatejos y da de gritos para meter parroquianos dentro de la combi o indicarles su ruta, (cada cual mas achorado, choro o lanza y muchos con notorias cicatrices delictivas) abre la puerta de la “unidad de transporte urbano” y permite el ingreso de los parroquianos estrujándolos con su cuerpo, pues nunca abandona la puertecilla y el percibir su cuerpo, pecho piernas o genitales, olores sudores e intensidades sexuales o gástricas, forma parte del peaje para acceder a este nuevo universo.

En una suerte de burlesca anatomía de la miseria absoluta, los asientos muy pequeños, hechos para seres delgados y pequeños, descendientes de una infrahumanidad desnutrida y asolada por todas las crisis de la desnutrición. Quizás una exagerada percepción física de nuestras crisis y empequeñecimiento por parte del "empresario" de este servicio.. Sin embargo no todos los parroquianos pertenecen a este genero que pareciera haber salido de la Camboya post Khmer Rouge y aun muchos limeños ostentas grandes traseros y humanidades que tienen que sintetizar sus poros, gases, bolas y tetas en uno de estos pequeños lugares. Entre tumbos, policías que detienen la unidad por sus numerosas infracciones y fácilmente son convencidos de la “necesidad de trabajo del conductor” con 5 soles para su caldo de gallina, y un –“perdóneme pe jefe”, -“la ultima vez jefe”. Seguido de un tombo Concha tu madre (al irse el servidor de la ley) se llevo cinco lucas el sinvergüenza…. Ladrones... etc.

Sucede que hemos entrado en una absoluta desmitificación de la norma, una suerte del raignaro escandinavo donde la nada y el caos (en este caso mental) van tragándose el país. La norma nos parece absurda o imposible de cumplir, como sociedad post colonial quizás nos impusieron normas absurdas y creamos un mundo paralelo donde esta no es necesaría o es necesariamente evadible. En este mundo el “trabajo” de un hombre que abusa de la dignidad humana de los pasajeros de un servicio público, es tolerado pues el es una “victima de la norma” y con atropellos, sufrimiento y total falta de respeto a toda forma de ética a un servicio público, es tolerado. Son cómplices de el , las autoridades corruptas, los políticos populacheros que no se atreven a eliminar esta practica pues no quieren ser los villanos que dejen sin trabajo a estos “sacrificados” padres de familia. También cada uno de nosotros con nuestro silencio folklórico ante la violación del derecho y la norma o nuestra ignorancia sobre el respeto. Nuestro transporte público quizás sea el más paupérrimo de la región, atenta contra la salud y la dignidad y la productividad del país. Pero posiblemente subsista aun en este aparente auge económico, somos los “nuevos peruanos” los sobrevivientes a la hiperinflación de Alan y dólar muc, lo que dejo con vida Sendero y el Ejercito. Y los valses de Chabuca que cantaban a la grandeza de una nación han sido reemplazados por un Tongo que vive de la burla de su propia identidad cantado en las lujosas playas de Asia donde su andina presencia, marca hoy la transformación del desprecio del criollo al andino en la burla y el escarnio. O un conformista “cholo soy y no me compadezcas”…que voy en combi.

1 comentario:

BocaDelcielo dijo...

Colabora pues varón! paga con sencio' (no sencillo sino sencio pe!)